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La escasez del agua
Las fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas
están en acelerada vía de extinción, hay cambios de clima y de suelo,
inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más
drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos
tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua
de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería,
represas y desvíos.
En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto
prioritario, por ejemplo, el acceso al agua es un punto importante de los
acuerdos de paz entre Israel y sus vecinos. Pero este aspecto no está confinado
al Medio Oriente, puesto que el compartir ríos es un asunto de índole de
seguridad nacional, precisamente por la importancia del agua para el
desarrollo; actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en más de
200 cuencas de ríos compartidos.
Y es que ante una situación de escasez del agua la
amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la
producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Esto se
complica aún más si el recurso disponible se encuentra compartido, sin
considerar el aspecto ecológico.
Es por esto que, la gestión del recurso deberá tender a evitar situaciones
conflictivas debidas a escasez, sobreexplotación y contaminación, mediante
medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación.
Es por esto que, la gestión del recurso deberá tender
a evitar situaciones conflictivas debidas a escasez, sobreexplotación y
contaminación, mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de
conservación.
La conceptualización de la conservación del recurso agua debe entenderse como
un proceso que cruza a varios sectores, por lo que la estrategia debe
considerar todo: lo económico, lo social, lo biológico, lo político, etcétera.
La calidad del agua son fundamentales para el alimento, la energía y la
productividad. El manejo juicioso de este recurso es central para la estrategia
del desarrollo sustentable, entendido éste como una gestión integral que busque
el equilibrio entre crecimiento económico, equidad y sustentabilidad ambiental
a través de un mecanismo regulador que es la participación social efectiva.
El agua es un recurso imprescindible pero escaso para la vida. Menos del 1% del
agua del planeta es dulce y accesible para el hombre, aunque este porcentaje
varía considerablemente según el lugar, el clima o la época del año.